El Louvre es sin dudas el museo más importante de Europa y quizá también del mundo. La colección permanente de pinturas en el Louvre es un atractivo sin igual para los artistas, pero también para los turistas que tienen la oportunidad de acceder a ese material de valor infinito.
Este museo se creó a través del interés de un monarca que quería que en su castillo haya una galería de arte. De esta manera, los reyes que le sucedieron continuaron adquiriendo obras. Más tarde algunas donaciones ayudaron a completar las colecciones de pinturas en el Louvre, que recorren 300 años de arte francés, italiano, español, entre otros. Varias pinturas fueron creadas en los mismos salones en los que hoy son expuestas.
La Gioconda de da Vinci
Son varias las obras de arte que se destacan, pero será una la más reconocida: La Gioconda, de Leonardo da Vinci. Esta pintura se encuentra en la sexta sala del primer piso del museo y es el centro de atracción más potente del lugar. Su nombre real es Retrato de Lisa Gherardini o Monna Lisa. Al ser Lisa la mujer de Giocondo es que se hizo conocida como La Gioconda.
Turistas fotografiando a La Gioconda en el Museo del Louvre
Su historia es un misterio. Se sabe que da Vinci la pintó en el siglo XVI y se han hecho numerosos estudios para determinar el porqué de la sonrisa, de los colores, de las telas sobre los hombros y del escenario que atrás devela el mundo del momento. Es una auténtica musa inspiradora de otras grandes obras, como películas, libros y obras de teatro.
Exquisito Arte Europeo
En la misma sala se encuentra Las Bodas de Caná, de El Veronés. Quien visite el museo no podrá dejar de ver esta obra, sobre todo por su tamaño: el óleo tiene casi 10 metros de largo por 7 de ancho. Es una pintura muy grande que representa el pasaje bíblico que cuenta la transformación del agua en vino.
Continuando el recorrido en el museo, se encuentra Betsabé en su baño, un retrato que realiza Rembrandt de una mujer desnuda con una carta en la mano, en la que es llamada por el rey al palacio. La angustia en su rostro se debe a la decisión que debe tomar: irse con el rey o esperar a su marido que estaba en la guerra. Los colores utilizados demuestran la influencia de otros pintores venecianos, como Tiziano.
También, los visitantes podrán encontrar obras de Jacques-Louis David, como La consagración del emperador Napoleón y la coronación de la emperatriz Josefina y El juramento de los Horacios. Además, La balsa de la medusa, de Gericault; La gran odalisca, de Ingres; la Virgen del Canciller Rolin, de Jan van Eyck; La Encajera, de Vermeer; La Muerte de la Virgen, de Caravaggio; El Buey desollado, de Rembrandt; La Virgen de las rocas, de da Vinci; y un autorretrato, de Durero. Cada una de estas se destaca por las diferentes escuelas, por los detalles, por los contextos en las que fueron creadas y por la historia que nos acercan a través de pinceladas, colores y trazos firmes.
El departamento de Pinturas en el Louvre es responsable de obras que datan desde el siglo XIII hasta el siglo XIX. Más de una decena de curadores se ocupan, según su especialidad, de mantener los cuadros, óleos y pinturas que hoy son protagonistas de la mejor exposición de arte europeo.
A continuación compartimos con ud. una de las tantas obras de arte que podrá conocer en el Museo del Lovre en París.
Jan van Eyck, Países Bajos (1395-1441)
Virgen del canciller Rolin
1435
Óleo sobre tabla; 66 cm. x 62 cm.
Virgen del canciller Rolin
1435
Óleo sobre tabla; 66 cm. x 62 cm.
(Imagen obtenida desde wikipedia.org)