Esta catedral, resultó ser la más grande de Europa, con una capacidad para 30.000 personas. En la actualidad sólo es superada, en tamaño, por la Basílica de San Pedro en el Vaticano, la Catedral de San Pablo en Londres, la Catedral de Sevilla y la Catedral de Milán.
Vista aérea de la Catedral de Florencia y sus alrededores
En su interior se destacan la cúpula realizada por Filippo Brunelleschi, las obras de Uccello y Andrea del Castagno y las más de cuarenta ventanas diseñadas por maestros de la talla de Donatello.
El paseo por el interior de la Catedral de Florencia muestra una elegante sencillez que se corresponde al ideal espiritual austero de Florencia en la Edad Media y principios del Renacimiento.
La cúpula vista desde el interior, con los frescos de Giorgio Vasari (wikipedia.org)
Este gran edificio fue financiado con fondos públicos como una iglesia estatal, por lo que las obras de arte fueron pensadas para honrar a los hombres ilustres de la época. Por supuesto, coexisten con otras religiosas, como el mosaico de Gaddo Gaddi y la ventana sobre el altar mayor diseñado por Donatello. Ambas representan la coronación de la Virgen María. Todas las obras coinciden en ilustrar la dignidad humana y su uso correcto en función de la comunidad.
Las cuarenta y cuatro ventanas de la Catedral de Florencia Santa María del Fiore representan el Antiguo y Nuevo Testamento y escenas de la vida de Cristo y de María. Es uno de los programas más importantes e imponentes del siglo XIV y XV en Italia por la convergencia de maestros florentinos que trabajaron para dar forma a este lugar.
La cúpula desarrolla en más de 3500 metros de superficie la tradicional creencia cristiana del cielo y el infierno. Sobre el altar mayor resalta la imagen de un Cristo resucitado, rodeado de ángeles.
Vista de la cúpula (wikipedia.org)
Detrás del altar se halla la silla del obispo con una figura monumental de Cristo, realizada entre 1485 y 1497 por Benedetto da Majano.
Un trabajo de más de 170 años permite que los turistas se encuentren hoy con un espacio sagrado desde la religión para los creyentes, pero desde lo artístico y lo arquitectónico para todo aquel que sepa apreciar la importancia de las obras que allí se conservan. Un paseo por la Catedral de Florencia es más que recomendado, por la magnitud de su espacio y lo conmovedor de sus obras.
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